El niño alega que su escuela está inundada de banderas y carteles del orgullo y que él no se queja, pero que al utilizar esa franela inmediatamente llaman su atención. Asegura que los adultos no toman decisiones correctas y que están quebrantando sus derechos consagrados en la PRIMERA ENMIENDA de la Constitución.
Aquí el discurso completo: